¿Por qué suena el despertador si es domingo? Y sólo son las
8...
Ah, si! Que hoy subimos a Ganalto.
Ropa de montaña, un buen desayuno, legañas en los ojos y
todos al punto de encuentro en Aperregi.
Allí, ya nos esperaban Chema, Susana, Gema, Ainhara, Inma y
compañía equipados con chalecos fosforito para que todos aparcásemos sin estorbar
cerca de la iglesia en la que habíamos quedado.
Había un poco de niebla, pero el sol ya asomaba entre las
nubes. La cruz parecía muy lejana.
En la campa de la iglesia, pasamos lista, reparto de silbatos, gorras y todos a probar si funcionaba bien nuestro equipo anti-perdida.
Poco a poco, vamos enfilando hacia Ganalto. Los primeros
metros son fáciles, sólo hay que esquivar algunos charcos y no hay mucha
pendiente.
El grupo empezó compacto...
Pero poco a poco, fue disgregándose.
El sol sale, la cuesta se empina. Hay que empezar a quitarse ropa.
¡A nosotras no nos para nadie!
A nosotros tampoco... mientras a papá le queden fuerzas.
En cuanto salimos del bosque, tuvimos buena compañía.
Y casi sin darnos cuenta, vimos a lo lejos una cruz que parecía la torre Eiffel en pequeñito.
Los primeros llegaron rápido y tuvieron que esperar un buen rato a los rezagados.
Pero poco a poco fueron llegando todos.
Fotos de cima, almuerzo para recuperar fuerzas y todos a jugar.
...o a ver animales.
Y después de un buen rato disfrutando de la cima, para abajo.
¡No os vayáis sin nosotras!
También en la bajada estuvimos bien vigilados.
Pero al final, todos llegamos al pueblo.